¿El consumo de drogas tiene un componente ético?.

La familia es uno de los factores más importantes de protección frente al consumo de drogas y alcohol para un adolescente.

 

La familia es considerada como el principal núcleo de socialización de sus integrantes. Es el lugar donde se transmiten valores, se aprenden ideas, se adquieren creencias y normas de conducta.

 

Lo que un chico aprende en su familia respecto de lo que está bien y lo que está mal determinará en gran parte como actúe frente al consumo de drogas.

 

Pero revisemos que opinan los expertos:

 

Tal y como lo señala el Dr. Schilkrut en su libro Droga y Alcohol. Enfermedad de los Sentimientos, “si el niño ha sido educado con la creencia base de que la vida tiene un sentido que va más allá del placer inmediato, es fácil que se niegue a probar esa sustancia con la cual podrá pasar un buen momento, pero que él ya ha internalizado que no es compatible con su proyecto de vida.

 

Estos valores han sido transmitidos en el seno de la familia, por lo que desde luego sentirá defraudar a sus padres, pero también a todo aquello por lo que ha optado y cree.

 

En este sentido, los estudios de vulnerabilidad han demostrado que el compromiso religioso y la pertenencia a grupos comunitarios de acción social son factores protectores del consumo de droga. Éste es el componente valórico o espiritual de la prevención.

 

El consumo de drogas tiene en su comienzo un componente ético.

 

El mismo autor señala: “Lo que el hombre siempre busca es el placer, pero su libre voluntad es la que elige entre el goce físico, que por definición es egoísta y busca sólo la propia satisfacción, y el placer que reporta la relación con el otro.

El placer físico produce una recompensa intensa, inmediata, pero poco duradera. Llama a la repetición y por eso puede conducir a la adicción.

No sólo existe adicción a las drogas, también a la comida, a los azúcares como el chocolate, los juegos de azar, la televisión, los juegos electrónicos, la violencia o el sexo.

El placer que resulta de la interacción con el otro no es inmediato; implica un trabajo, ceder, negociar y la posibilidad de rechazo. Pero es duradero y va fortaleciendo la autoestima.

La elección entre consumir y abstenerse implica este juego de la libre voluntad; esta libre voluntad que de continuar el consumo se irá reduciendo progresivamente.

La rehabilitación no es otra cosa que devolverle la posibilidad de elegir a una persona cuyo comportamiento evidenciaba que era esclavo de su cerebro enfermo.

El libre albedrío es la esencia del ser humano. Éste es un punto clave de la enfermedad de la adicción y por eso hablamos de la enfermedad de los sentimientos.

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