Involucrarse. La importancia del compromiso de ambos padres.

Muchas veces vemos a nuestro hijo o hija adolescente pasar de un niño dulce y comunicativo a un chico algo retraído y a veces malhumorado.

 

El adolescente está en una etapa de transición desde el niño que fue hacia el adulto que llegará a ser. No es precisamente una época exenta de complicaciones y es justamente donde está conformando su identidad , proceso de suma importancia.

 

Hay varias características que determinan el período que transita el adolescente y que se irán presentando en mayor o menor medida, dependiendo de variados factores. Pero es frecuente escuchar a los padres decir que están algo lentos para hacer las cosas, que están muy retraídos o que pareciera que nada les importara.

 

En esta etapa suele pasar que los amigos son parte fundamental de su día a día, generalmente prefieren estar con ellos a compartir con sus padres y sus familia.

 

Comienzan a explorar que les agrada y que no, son indecisos y los cambios en su manera de pensar y en sus gustos están a la orden del día.

 

Todo esto que les está ocurriendo es normal. Puede que existan crisis, pero son parte del proceso que un adolescente debe ir resolviendo.

 

En Schilkrut Identidad Adolescente proponemos varias cosas que como padres debemos hacer para apoyarlos. Una de ellas es INVOLUCRARSE y COMPROMETERSE en la relación que establecemos con ellos. Cuando hay padres dedicados hay chicos y chicas con menores riesgos.

 

Cada padre y madre establece un vínculo con sus hijos de acuerdo a lo que ambos determinan para conformar la familia. Sin embargo hay algunas conductas que ayudan bastante en esto de INVOLUCRARSE, y de brindarles protección frente a situaciones más riesgosas como lo es el consumo de drogas y alcohol.

 

Algunas de ellas son:

 

  • Saber qué es lo que hace, a dónde va, con quién va. No hablamos de convertirse en una sombra del chico, si no de saber que está haciendo cuando no lo vemos.

 

  • Generar  instancias donde la comunicación abierta, franca y oportuna nos permita escuchar sobre su día a día, donde pueda expresar sus temores, sus dudas, sus deseos y esperanzas.

 

  • Estar atentos a aquello que hoy les parece interesante y a lo que le están dedicando tiempo. Aunque ello sea transitorio, hay que poner atención y prestar interés.

 

  • La mayoría de los chicos dedican bastante tiempo a su teléfono o computador. Una clara señal de INVOLUCRARSE es saber qué está viendo en internet. Si chatea tanto rato, tener claridad con quién lo está haciendo. Pregúntele, con respeto y cariño, entérese.

 

Estar involucrados no quiere decir que el padre o la madre se convierta en un espía o un hipervigilante de su hijo.

 

Ello no ayudaría a una sana relación, hay que darle lugar al aprendizaje, un espacio para que se desarrolle y descubra quién es y qué es lo que quiere ser como individuo.

 

Pero dejarlo ser, no quiere decir mirar desde el balcón lo que su hijo haga o deje de hacer…una cosa es dar espacio y otra muy distinta es estar ausente de la vida del chico o chica.

 

Pese a la frustración que puede generarle que no se comunique como quisiera, que le interese más estar con sus amigos o chateando, no desespere. Insista en su compromiso como papá o mamá: involúcrese.

 

Estar con su hijo en este proceso de aprendizaje y crecimiento siempre va a ser una experiencia enriquecedora y saldrán ambos fortalecidos. De las crisis siempre se termina aprendiendo.

Comentarios

  • laura dijo:

    muy cierto, de las crisis siempre se termina aprendiendo. Además eso de que uno debe involucrarse es así, he visto muchos que no están ni ahí con los hijos y les da lo mismo lo que hacen, después se quejan.

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