Adolescentes: cuando los amigos influyen en sus conductas.
Los amigos son clave en el proceso de construcción de la identidad de un chico o chica, al actuar como suerte de espejo que les devuelve a los adolescentes una imagen de si mismo, les ayuda a conocerse y reconocerse dentro de un determinado grupo.
Es natural que tengan diferentes amigos y grupos a los que pertenezcan, ya sea de su mismo colegio, club de deportes, amigos de veraneo o del lugar donde viven. No necesariamente es sólo uno, si no que es bastante probable que tengan más de uno a los que frecuentan según los intereses que el grupo propicie.
Uno de los temores que suelen tener los padres frente a los “grupos” es la presión que puedan ejercer sobre un menor ya que influye en sus conductas y decisiones, sean éstas positivas o negativas.
¿Por qué sucede que la presión del grupo es tan fuerte?
Porque como adolescentes, están en una etapa en la que la identificación con su grupo social es un factor relevante y que determinará en gran medida su propio desarrollo y maduración.
Cuando un chico está rodeado de amigos que ejercen una influencia positiva, los padres tienden a favorecer e incentivar las juntas y reuniones y los permisos suelen ser dados sin inconvenientes.
Tal y como señala un artículo del El Mercurio sobre “Cómo los Adolescentes construyen su Identidad”, cuando los amigos no son del agrado de los padres, arde Troya.
Las malas influencias
El temor natural a que los amigos influyan negativamente a un hijo es muy común.
Lo que hay que comprender es que los amigos son parte de los hijos, ellos no los viven como algo externo. El hijo ve en esos amigos parte suya, algunas de las cuales tal vez, no le gustan ni a ellos mismo.
La forma más adecuada de actuar frente a esto es mantener a esa “mala influencia” cerca, para que el hijo pueda ver lo negativo y por su cuenta decida alejarse.
A veces incluso por un tema de seguridad, lo ideal es trabajar con los adolescentes para que vean los riesgos de esa relación y decidan solos.
¿Qué hacer para evitar que las influencias que consideramos negativas lo afecten?
Lo mejor es estimular actividades productivas.
A veces los hijos se meten en malos pasos simplemente porque no están haciendo nada positivo, como hacer deporte, participar en actividades solidarias o involucrarse en un pololeo sano.
Como padres podemos decirle a un hijo que no nos gustan sus amigos, pero nunca tratar de que no los vea porque encontrarán una manera de hacerlo.
“Cuando un papá no logra que el adolescente decida por si mismo, no se consigue nada”.
Para tranquilidad de los padres, los adolescentes pueden imitar valores del grupo social, pero estos representan identificación temporal y no una creencia nuclear.
Es muy importante mantenerse al tanto de con quién o quiénes se relaciona nuestro hijo, estar atentos a los cambios que este grupo pueda estar ejerciendo y, si es negativo, conversarlo abiertamente con él y así evitar que caiga en conductas riesgosas.
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