Adolescente: ¿qué debiera hacer en su tiempo libre?

El uso del tiempo libre es considerado un espacio de relajación y ocio para un adolescente; es allí donde los chicos realizan las actividades que más les gusta hacer por lo que suelen predisponerse de mejor manera a estos espacios que al estudio.

 

Este uso del tiempo varía de acuerdo a las actividades que realizan; ya que pueden ser positivas como hacer deporte, leer, tocar un instrumento, pintar.

 

O bien hacer cosas que para nada son productivas como relacionarse con algunos grupos que tienen conductas de riesgo, que inciten o provoquen situaciones ilegales o que causen desadaptación con su entorno, tal es el caso del consumo de alcohol u otras sustancias dañinas.

 

En la comunidad Schilkrut hemos visto que el uso positivo que se dé a este tiempo libre, puede jugar un rol protector para un adolescente, pero por otro lado puede ser un factor de riesgo si existen condiciones negativas de estas actividades o con quiénes las realizan.

 

Por lo tanto las actividades realizadas en el tiempo libre, con quiénes y dónde las haga, son también claves en la prevención y deben formar parte de la formación integral de los chicos y chicas que están en esta etapa.

 

Así mismo el evitar que se establezca una relación entre tiempo libre e inactividad o que identifique el tiempo de ocio con “no hacer nada”. Por el contrario debemos impulsar a que tenga alguna afición o hobby que le estimule y que pueda realizar de manera sistemática.

 

¿A qué dedican el tiempo hoy?

Entre las actividades más realizadas por los adolescentes está escuchar música, jugar en internet con videojuegos y por su puesto estar con los amigos, ello permite no solo entretenerse, si no también poder “alejarse” del mundo adulto. La importancia de las vivencias que tienen en estos espacios están relacionadas directamente con la creación de la identidad (ver artículo).

 

¿Pero que sucede en la familia?

En nuestra sociedad el incremento de problemas económicos por los que atraviesan muchas familias han conducido a que los adultos cada día dediquen mayor cantidad de su tiempo a las actividades laborales y disminuyendo el tiempo de ocio, que en muchos casos era tiempo dedicado a los hijos.

 

Esto conlleva, a que la mayor parte de nuestros niños se encuentren solos, sin la presencia de sus padres, cuando regresan del colegio. Esto, sin duda representa un factor de riesgo.

 

Por lo mismo el tiempo libre con el que cuentan nuestros hijos necesariamente debe tener un sentido, donde el ocio se convierta en un bien para nuestros niños.

 

Debemos evitar que se establezca una relación entre tiempo libre e inactividad, que tenga alguna afición o hobby y por sobre todo que no identifique el tiempo de ocio con “no hacer nada”.

 

 

El estar horas y horas viendo televisión o jugando play sólo aportará desencanto y aburrimiento al adolescente, lo volverá cada vez más inactivo y podría incluso atentar contra su salud y desarrollo.

 

 

Obviamente los extremos nunca son buenos. Hay que tener en cuenta que el tiempo libre también es un momento para descansar y no debemos buscarle a nuestros hijos un gran número de actividades extraescolares, ya que lo único que conseguirán será añadir más estrés al producido por su actividad académica.

 

 

Una forma de ayudarlos y de protegerlos en su desarrollo es involucrarse de manera permanente con ellos, es dedicarles al menos una hora diaria para estar en familia y fomentarles el realizar actividades organizadas y permanentes.

 

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