Adolescentes: Entre juego de niños y riesgos de grandes
Entre el juego y la responsabilidad
Es frecuente escuchar a muchos padres de adolescentes al referirse a sus hijos decir: “son grandes para algunas cosas y chicos para otras”.
Pues claro que es así, la adolescencia es el período lleno de desafíos donde se transita desde la niñez hacia la adultez.
Es cuando se desarrolla la identidad y se define y modela un individuo como ser único y diferente del resto.
Lo chicos y chicas en este período están haciendo un tremendo trabajo que requiere esfuerzo, apoyo y constancia. Algunos desarrollan esta labor con bastante éxito y otros no, se van quedando pegados en el camino y no logran sortear las dificultades que se les presentan.
Muchos parecieran atrapados por el letargo propio de la edad. Como si el reloj se detuviera, se quedan pegados por horas en sus computadores o aparatos electrónicos, no comparten con la familia ni conforman relaciones sanas y duraderas con sus amistades. Se vuelven inseguros, aislados.
Incluso hay chicos que desarrollan conductas riesgosas para si mismos como la auto-agresión, o conductas peligrosas para su bienestar, ello implica poner atención y recurrir a una ayuda externa profesional.
Que un adolescente desarrolle una crisis de identidad considerada fuera de los rangos normales va a depender de muchos factores como situaciones familiares y ambientales complejas, abandono físico o emocional, experiencias límites en torno a su desarrollo o aspectos genéticos, entre otros.
Para aquellos que el camino se les pone cuesta arriba en la adolescencia, existe una mayor disposición a alivianar el camino con elementos que, lejos de ayudar, los van dañando aún más y alejando de la ruta, tal es el caso de la adicción.
Un adolescente vulnerable puede desarrollar una adicción a cualquier sustancia como el alcohol o la marihuana, u otras que parecieran menos complejas, pero que pueden ser igual de dañinas, como los juegos en internet, las redes sociales, los aparatos electrónicos.
La falta de compromiso de los padres con los hijos, los pone en riesgo. Un estudio realizado en nuestro país encontró un menor consumo de drogas en aquellos adolescentes cuyos padres estaban involucrados en la relación parental, versus aquellos en que estaban desvinculados.
El llamado es a INVOLUCRARSE en la vida de su hijo o hija, saber qué está pasando con ellos y a comprometerse en una relación amorosa y dedicada con él o ella.
Muy buenos los temas que abordan. Sería interesante que incluyeran algo sobre cómo apoyar a los padres cuando se ven tan limitados de tiempo por el ritmo de vida actual que les “consumen” sus energías para estar todo lo presente que desearían.