Adolescente y alcohol: la decisión de beber o no beber…

¿Qué pasará en el momento en que a nuestro hijo adolescente le ofrezcan algo para beber o fumar?, ¿dirá que sí, dirá que no?.

 

Muchas veces como padres de un adolescente nos hemos hecho esta pregunta. Nos preocupa el hecho de que, hagamos lo que hagamos de todas formas a nuestro hijo o hija le van a ofrecer en algún momento un vaso con alcohol o un cigarrillo de dudosa procedencia y por mucho que hayamos hecho nuestra tarea como padres, la decisión final será de él o ella y de qué tan dispuesto esté de aceptar o no consumirlo.

 

Tal y como le hemos venido reiterando en nuestro blog de Schilkrut Identidad Adolescente, la mezcla entre alcohol y desarrollo adolescente es en si una muy mala mezcla.

 

Sin lugar a dudas la edad en que esto ocurra también es un tema de preocupación. No es lo mismo que un chico comience a beber o fumar a los 15  años que a los 18.

 

¿Estamos preparados?, ¿lo están ellos?

 

Según señala el libro del Dr Schilkrut, DROGA Y ALCOHOL: ENFERMEDAD DE LOS SENTIMIENTOS, hay un momento en que finalmente el chico adolescente tomará la decisión. Es sólo él quien accederá a probar o alejarse de la droga.

Puede ocurrir en una simple “junta” entre compañeros de colegio, en una fogata en la playa o en la misma casa cuando un hermano llega con la novedad: “Mira lo que tengo”.

No sucede necesariamente en locales camuflados, con participación de traficantes o en poblaciones inundadas de este comercio.

La primera vez suele darse en ambientes cercanos, para nada sórdidos o extravagantes, ni con compañías especiales.

 

Ante la oferta, el joven debe contestar de inmediato. No tiene tiempo para consultar a nadie.

 

Lo que desearían sus padres es que en ese instante su hijo tuviese el valor para decir “no”. Eso es lo que esperan de la prevención. Pero para que pueda negarse tienen, que conjugarse en él distintas fortalezas.

 

Que tenga Información: puede ser la diferencia.

Por una parte, necesita disponer de la información adecuada. ¿Está usted seguro que cuenta con ella?

 

  • Si no ha internalizado que la marihuana es negativa para su desarrollo, ¿por qué debería negarse a probarla?.

 

  • Si en su familia se abusa del alcohol, ¿qué le hará abstenerse de no tomar él también más de la cuenta o probar otra sustancia química?.

 

Su Autoestima: Fundamental

Psicológicamente el ofrecimiento equivale a una presión de los pares: “Ya varios probaron el pito, atrévete tú”. Si el joven se niega, le insistirán, se burlarán de él o lo amenazarán.

Un buen nivel de autoestima es la condición indispensable para poder decir que no.

 

Cuando el joven no ha alcanzado un grado adecuado de confianza en sí mismo busca ser aceptado por el grupo y puede tolerar y participar en cualquier conducta que se le proponga, por descabellada que ésta sea. En esto reside el componente psicológico o emocional de la prevención.

 

La decisión de probar o no la droga es al final de cuentas una conducta ética o valórica.

 

En los últimos años diversos autores han hablado de una inteligencia espiritual, que es la capacidad de captar con mayor amplitud el contexto y el sentido que tienen nuestras acciones.

En general hemos revisado que hay factores de protección que podemos brindar a nuestros hijos adolescentes ante el consumo, tal es el caso de la familia y cómo ésta logra transmitir sus valores a quienes la componen, el nivel de involucramiento de los padres, así como también se ha visto que el compromiso con grupos comunitarios y / o espirituales de acción social es, en si, un factor de protección. Éste es el componente valórico o espiritual de la prevención.

 

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